Terminó el primer gobierno emecista del país a nivel estatal. Ayer Enrique Alfaro entregó la estafeta a Pablo Lemus como mandatario de Jalisco, heredándole un estado de claroscuros. Como todos los gobernadores del país, Alfaro enfrentó oleadas de violencia, siendo provocadas la mayoría por el Cártel Jalisco Nueva Generación, la organización más poderosa hasta ahora.
El primer efecto de su presencia es la alarmante cifra de desaparecidos, que de acuerdo con datos del Registro Estatal de Personas Desaparecidas (REPD), se encuentra en 8 mil 16 reportes entre los años 2019 y 2024. Destacan jóvenes como cineastas o aquellos que buscaban un trabajo y cayeron en las garras del Cártel, enganchados en call centers que servían para extorsionar.
Activistas y familiares de las víctimas como han denominado el paso del gobernador naranja como el “sexenio de los desaparecidos”.
El segundo problema es el denominado “Movimiento Inmobiliario”, donde vecinos y organizaciones civiles han señalado que autoridades locales y estatales, están aliadas con empresas inmobiliarias para despojar espacio público, y con ello construir enormes desarrollos departamentales. De acuerdo con los afectados, las cosas se agravarán, pues comenzó con Alfaro como presidente municipal de Guadalajara, siguió como gobernador y continuará con Pablo Lemus.
El tercero, fue su reparto de notarías como cuota política, que incluyó a varios ex funcionarios panistas, miembros de su gabinete y demás clase política del estado, lo anterior en medio de una decena de supresiones definitivas a titulares de notarías, irregularidades en la aplicación de exámenes y varias resoluciones por verificar.
Sin embargo, a todo esto, también hay un balance positivo, de acuerdo el Sistema Nacional de Seguridad Pública , Alfaro cierra su sexenio con una reducción del 64 por ciento en el índice delictivo, una reducción del 24 por ciento en homicidios, y 51.7 por ciento la reducción de feminicidios. Pero arrastra tras de sí muertes de impacto como las de decenas de jóvenes e incluso la de su antecesor, el priista Aristóteles Sandoval.
El que alguna vez fue la promesa política joven del país, concluyó su mandato enfrentado con morenistas, con la federación, y con sus propios correligionarios, a quienes acusó de agandallar la postulación del candidato a la presidencia de república. Apenas a unos días de cerrar su mandato, llamó a abandonar el pacto fiscal, una amenaza que ya se había hecho con López Obrador y que no prosperó. Su rijosidad provocó que Lemus iniciara su gestión sin la presencia de representantes del gobierno federal. Hubo artistas, deportistas, celebridades, políticos panistas, pero no guindas.
Movimiento Ciudadano, que se vendió como un antagonista a la agenda de Morena y una tercera vía política, le dice adiós al hoy exgobernador de Jalisco, cerrando un ciclo en el que pasó de ser una novedad política a demostrar que los emecistas todavía no son mejores para gobernar.
POR CARLOS ZÚÑIGA PÉREZ
COLABORADOR
@CARLOSZUP
MAAZ
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