La 4T, liderada primero por Andrés Manuel López Obrador y ahora por la presidenta Claudia Sheinbaum, ha marcado un cambio significativo en el servicio público. Los servidores de carrera encontraron una nueva oportunidad para crecer y ocupar espacios antes inalcanzables.
Tal es el caso de una arquitecta que, tras participar en un concurso abierto convocado en febrero por la Secretaría de Cultura, encabezada hoy por Claudia Curiel de Icaza, y el INAH, dirigido por Diego Prieto Hernández, obtuvo una plaza de arquitecto dictaminador con carácter definitivo. Sin embargo, como dice el dicho, apareció un negrito en el arroz.
En el Centro INAH Jalisco, dirigido por Alicia García Vázquez, la arquitecta fue separada de su cargo sin explicación formal apenas dos meses después de comenzar a laborar, pese a cumplir con todos los requisitos legales.
La decisión, que se atribuye a Ciudad de México, ha generado dudas sobre los intereses detrás de este movimiento. La plaza, asignada tras un proceso supervisado por la Comisión Central Mixta de Admisión, será nuevamente sometida a concurso, presuntamente para quedar bien con el sindicato en Jalisco.
El caso, ahora bajo revisión de la Secretaría de la Función Pública de Raquel Buenrostro, expone la necesidad de reforzar la transparencia en una institución que debe ser ejemplo de legalidad en este gobierno que se presume del pueblo.
Perfiles en el radar judicial
La evaluación de los aspirantes a posiciones judiciales para 2025, que incluye nueve lugares en la Suprema Corte de Justicia de la Nación, será un reto que pondrá a prueba la capacidad de los comités encargados de revisar más de 20 mil perfiles. No obstante y a pesar de la polémica, hay muchos perfiles que cuentan con la trayectoria para ser considerados y aparecer en las boletas.
Entre los nombres que comienzan a destacar figura el tabasqueño Ramón Neme Sastre, un abogado con estudios en la Universidad de Harvard y experiencia en el ámbito empresarial y social. Su trayectoria incluye un paso como asesor financiero en el gobierno de su padre, Salvador Neme Castillo, durante su mandato en Tabasco en 1988, así como su rol en el Patronato del Club Universidad (PUMAS), donde se enfrentó a desafíos de gestión en contextos complejos.
Aunque su vínculo familiar con figuras políticas ha sido motivo de debate, su formación académica y su desempeño profesional lo perfilan como un candidato interesante en esta etapa inicial del proceso judicial.
POR ARTURO RODRÍGUEZ GARCÍA
COLABORADOR
@ARTURO_RDGZ
MAAZ
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