Es curioso México. El gobierno tuvo que esperar a que ganara Donald Trump la elección presidencial; a que los republicanos se posicionaran en el próximo Senado y Cámara de Representantes; y a que el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, insistiera dos veces la semana pasada en su preocupación por la inversión china en México, para que finalmente la Secretaría de Hacienda revelara su intención de corregir el enorme déficit comercial que tenemos con ese país asiático.
Pero nadie se confunda. La estrategia mexicana no es derivada de todo lo anterior, sino de que, gracias a nuestro análisis soberano ya nos dimos cuenta de que el desbalance con China no es el adecuado, y por nuestra propia voluntad debemos corregirlo. Nada de que alguien nos presionó; o de que recibimos órdenes del extranjero para alejarnos en el futuro de China. Es nuestra elección independiente. Y ya con eso, nuestra soberanía puede dormir tranquila.
No deja de ser curioso que, en febrero de este año ya existía el desbalance, pero Rogelio Ramírez de la O no dijo nada. O en octubre, con el nuevo gobierno en turno, también había desbalance. Y nadie dijo nada.
Fue hasta que reventó la cosa con las declaraciones de Trump y Trudeau que, mágicamente, nuestra estrategia soberana emergió. Y sí, nos alejaremos de China:
“En realidad México tiene esto como un proyecto propio, que quiere decir, que vamos a buscar qué productos estamos comprando de más en China para tratar de hacerlos en Norteamérica o en México. Y en lo que corresponde a Norteamérica, se calcularon los beneficios: si todo Norteamérica empieza con esa visión de hacer más de lo que actualmente compra de China, o en general de Asia. Ese proyecto está ahorita en la mesa. Es uno de los proyectos que México va a tomar en cuenta para plantear las avenidas al futuro con la integración norteamericana”, dijo el secretario de Hacienda el viernes.
Deberíamos dejar de buscar el argumento ‘soberano’ para este tipo de decisiones. Lo que nos conviene, nos conviene, independientemente de si logramos la justificación doméstica, digna y soberana. El hecho es que estamos integrados a Norteamérica, y nuestros socios se quieren alejar comercialmente de China. Y con eso basta. Es más ‘soberano’ tener prosperidad económica para todos aquí, que andar buscando justificaciones que emergen espontánea y mágicamente cuando el T-MEC está en riesgo.
EBRARD
Ha resonado fuerte la explicación que dio el secretario Marcelo Ebrard en el marco de la Convención Anual 2024 de la AMPIP respecto de la sustitución de los organismos autónomos por la nueva autoridad antimonopolio. Dijo que la reforma genera un nuevo organismo “casi exactamente igual que como está en EU […con…] independencia técnica; que sea un órgano nacional; y que el objetivo sea impedir los monopolios…”
POR: CARLOS MOTA
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