Con el paso de los años, el cuerpo va cambiando de forma natural y uno de los signos que aparece, mayormente en mujeres, son las várices. También conocidas como venas varicosas, éstas son venas dilatadas y retorcidas que suelen aparecer en las piernas y los pies y aunque a menudo se consideran un problema estético, pueden causar dolor y molestias significativas, y en casos graves, pueden derivar en complicaciones más serias como úlceras o coágulos sanguíneos.
Si bien este problema es más frecuente en las mujeres, especialmente durante el embarazo o en situaciones de alteraciones hormonales, también puede afectar a los hombres. Y es que las varices no solo son un tema de preocupación estética, sino que también son un indicador de circulación deficiente y pueden ser un reflejo de problemas subyacentes más graves en el sistema vascular.
Las várices se desarrollan cuando las válvulas en las venas, que normalmente ayudan a mantener el flujo sanguíneo hacia el corazón, se debilitan o dañan. Esto provoca que la sangre se acumule en las venas, causando su hinchazón. Factores como la edad avanzada, el embarazo, la obesidad y la predisposición genética aumentan el riesgo de desarrollarlas.
Hábitos saludables para prevenir la aparición de várices
Aunque las varices requieren atención médica cuando son severas o dolorosas, existen una serie de medidas preventivas y tratamientos naturales que pueden ayudar a aliviar sus síntomas y prevenir su progresión. La clave está en mejorar la circulación y fortalecer las venas de las piernas. Si bien, cada caso es distinto, existen algunos remedios naturales para aliviar los síntomas y mejorar la apariencia de las venas afectadas.

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Ejercicio físico regular
De acuerdo con expertas, el ejercicio físico es uno de los métodos más efectivos para mejorar la circulación sanguínea y prevenir las varices. Actividades como caminar, nadar, andar en bicicleta o practicar yoga favorecen el retorno venoso y alivian la sensación de pesadez en las piernas, pues el ejercicio de bajo impacto puede mejorar significativamente la circulación en las piernas y reducir el riesgo de desarrollar varices.
Medias de compresión
Las medias de compresión son una solución eficaz y ampliamente recomendada por profesionales de la salud para tratar las varices. Estas medias aplican una presión gradual, mayor en el tobillo y menor a medida que ascienden por la pierna, lo que ayuda a mejorar la circulación venosa y a reducir la inflamación; según expertas, las medias de compresión pueden ser particularmente útiles para quienes pasan largos periodos de tiempo de pie o sentados, ya que contribuyen a evitar la acumulación de sangre en las extremidades inferiores.
Plantas medicinales
En el ámbito de la medicina natural, el castaño de Indias es uno de los tratamientos más populares para combatir las varices. Este extracto, conocido por sus propiedades venotónicas, fortalece las paredes de las venas y mejora la circulación sanguínea; según estudios, el castaño de Indias ha demostrado ser efectivo en el tratamiento de la insuficiencia venosa crónica y las varices. Otros remedios naturales como el Adoptar hábitos saludables y consultar a un profesional de la salud cuando sea necesario es clave para manejar este problema y prevenir complicaciones y el aceite esencial de ciprés también se utilizan tradicionalmente para aliviar los síntomas.

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Dieta, el poder de la alimentación
La nutrición juega un papel fundamental en la salud vascular, por lo que adoptar una dieta balanceada rica en nutrientes que favorezcan la circulación y la salud de las venas es esencial. Entre los alimentos recomendados se incluyen aquellos ricos en flavonoides, como las frutas cítricas, los frutos rojos, la cebolla, la espinaca y el té verde.
Estos compuestos tienen propiedades antiinflamatorias que ayudan a fortalecer los vasos sanguíneos y a mejorar el flujo sanguíneo; además, reducir el consumo de sal es clave para evitar la retención de líquidos, un factor que incrementa la presión sobre las venas. Otros consejos prácticos que puedes implementar en tu vida cotidiana son:
- Evitar permanecer de pie o sentado por largos periodos, si es necesario, trata de moverte cada 30 minutos para activar la circulación.
- Levantar las piernas: elevar las piernas varias veces al día para favorecer el retorno venoso y reducir la hinchazón.
- Masajes suaves: realizar masajes en las piernas con aceites esenciales como el de lavanda o romero puede ayudar a aliviar la tensión y mejorar la circulación.
¿Qué provoca tener varices en las piernas?
Las varices en las piernas son provocadas por una combinación de factores relacionados con el sistema circulatorio y las venas; para comprender mejor qué causa su aparición, es importante entender cómo funcionan las venas y qué sucede cuando algo interrumpe su funcionamiento adecuado. Algunas de las causas principales de las várices en las piernas son:

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- Disfunción de las válvulas venosas: las venas tienen válvulas unidireccionales que permiten que la sangre fluya hacia el corazón, evitando que se retroceda. Cuando estas válvulas se debilitan o se dañan, la sangre comienza a acumularse en las venas, lo que provoca su dilatación y deformación.
- Factores genéticos (Hereditariedad): la predisposición genética juega un papel fundamental en el desarrollo de las varices. Si un familiar cercano ha tenido varices, es más probable que tú también las desarrolles.
- Cambios hormonales: las fluctuaciones hormonales, que ocurren durante el embarazo, la menstruación, la menopausia o el uso de anticonceptivos, pueden afectar el tono y la elasticidad de las paredes venosas. Las mujeres son más propensas a desarrollar varices debido a estos cambios hormonales.
- Embarazo: durante el embarazo, el cuerpo de la mujer experimenta un aumento del volumen sanguíneo para abastecer al bebé en desarrollo, lo que ejerce presión sobre las venas de las piernas. Además, el útero en crecimiento comprime las venas principales, dificultando el retorno de la sangre al corazón.
- Sedentarismo y falta de movimiento: el estilo de vida sedentario es otro factor importante que contribuye a las varices. Cuando no nos movemos lo suficiente, la sangre tiende a acumularse en las extremidades inferiores, lo que aumenta la presión venosa. Las personas que pasan muchas horas sentadas o de pie tienen un mayor riesgo de desarrollar varices debido a la falta de circulación.

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- Sobrepeso y obesidad: el exceso de peso ejerce una presión adicional sobre las venas de las piernas, lo que dificulta el flujo sanguíneo hacia el corazón, lo que contribuye a la aparición de varices. Además, el sobrepeso está relacionado con la inflamación crónica, lo que puede debilitar aún más las paredes de las venas.
- Envejecimiento: con el paso del tiempo, las venas pierden elasticidad, lo que las hace más propensas a dilatarse, pues a medida que envejecemos, las válvulas venosas también tienden a debilitarse, lo que hace más difícil que la sangre fluya de manera eficiente hacia el corazón. Este proceso contribuye al desarrollo de varices, especialmente en personas mayores.
- Exposición prolongada al sol: aunque no es la causa principal, la exposición prolongada al sol también puede contribuir a la aparición de varices. La radiación ultravioleta puede dañar la piel y los vasos sanguíneos, debilitando las paredes de las venas y favoreciendo la dilatación de las mismas.
- Uso de ropa ajustada: Usar pantalones apretados o fajas puede dificultar la circulación sanguínea, lo que incrementa la presión sobre las venas de las piernas y puede favorecer la aparición de varices.
- Consumo excesivo de sal: el exceso de sal en la dieta puede provocar retención de líquidos en el cuerpo, lo que aumenta la presión sobre las venas. La retención de líquidos es un factor que contribuye a la aparición y agravamiento de las varices, ya que las venas tienen que soportar una mayor cantidad de sangre y líquidos acumulados.
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